Desde la primera revolución industrial, el sector textil ha sido uno de los elementos más importantes del motor de nuestra economía. Desde entonces el sector ha ido sobreviviendo crisis cíclicas. El factor de la importación y el llamado dumping social ha favorecido en las últimas décadas una progresiva deslocalización y en consecuencia la destrucción de muchos puestos de trabajo. Las circunstancias actuales y una perentoria necesidad de no depender en exceso de la producción de terceros países, ¿podrá favorecer el retorno de una parte de la producción textil a nuestra maltrecha industria? El sector del turismo atraviesa un momento difícil dadas las circunstancias actuales. No parece que una recuperación del sector de la hostelería y la restauración vaya a ser rápida. ¿Será este un buen momento para impulsar el sector textil y, por extensión, reactivar el tejido industrial en nuestro país?
Sergi Pérez